Un estudio acerca de la violencia en la pareja, orientaciones sexuales y etnias
- Admin
- 5 mar 2018
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En el estudio realizado por Langhinrichsen et al., se analiza un tema muy debatido, que es la violencia del compañero/a íntimo/a (VCI). El término “VCI” fue creado en 1996, en la 49ª Asamblea Mundial de la Salud, que adoptó la Resolución 25 por la que se reconocía la violencia del compañero íntimo como uno de los problemas de salud pública más importantes debido a sus altos índices de incidencia y de mortalidad. El VCI ya supone un problema social y de salud pública de gran importancia.
Dicho estudio realizó varios hallazgos, entre los cuales está el hecho de que la violencia bidireccional era común en todos los tipos de muestras, lo que significa que el papel de las mujeres en relaciones violentas también se debe tener en cuenta, aunque todos los aspectos de la perpetración del daño por parte de las mujeres no sean simétricas al daño que producen los hombres. Sin embargo, no se encontraron diferencias en la direccionalidad de la expresión de la violencia sobre la pareja en muestras de gays, lesbianas y bisexuales, así como la violencia bidireccional sí puede variar según la raza/etnia.
En cuanto a la violencia que se ejerce dependiendo de la variable cultural, se trata más de una cuestión de cultura o etnia más que de raza, no podemos decir que alguien ejerce más o menos violencia dependiendo de su color de piel o su lugar de procedencia, pero sí dependiendo de la cultura de la cual procede y que lleva arraigada en su persona. Por ejemplo, según Cristina del Valle, entrando ya en un panorama del tipo de inmigración que se da en nuestro país, la percepción de la violencia de género varía por parte de la población femenina inmigrante según las culturas, pero también varía para los hombres la forma de ejercer la violencia según la cultura a la que pertenece. El estudio que realiza, pone de manifiesto que en la cultura latina la mujer mantiene un vínculo muy fuerte con su familia, aunque este vínculo queda a merced de la voluntad de su pareja, quien puede romperlo con el ejercicio de la violencia. Muchas veces la propia familia aconseja a la mujer aceptar la obediencia a su marido. Por otro lado, el mismo estudio muestra que las mujeres inmigrantes marroquíes mantienen fuertes vínculos con el padre y la madre y son las más respetadas por la pareja de las mujeres de las tres culturas que se incluyeron en el estudio (Latinoamérica, China y Marruecos). Comparando este estudio realizado en nuestro país, con el estudio de Estados Unidos, podemos encontrar ciertas similitudes, ya que se habla de que la violencia de hombre a mujer se da más en parejas de procedencia hispana, y en parejas de origen afroamericano, por el contrario, se da más un tipo de violencia de mujer a hombre. De todos modos, el tema cultural en la VCI es difícil de abordar, para los autores del presente estudio la comprensión de estas cuestiones culturales, de desarrollo, de interacción y contextuales en la expresión de la violencia sobre la pareja en las relaciones requiere de recursos adicionales, muestras más extensas y diseños metodológicos más rigurosos.
Volviendo a la cuestión de que la violencia bidireccional es común en todos los tipos de muestras y se dice que el papel de las mujeres que realizan conductas violentas también debe tenerse en cuenta, esto es cierto, aunque se da por supuesto que el daño que puede producir una mujer respecto al varón es menor, no significa que deba dejarse de lado. Según Elisabeth Rigo, la violencia doméstica hacia el hombre es difícil de detectar. Este es un tema muy poco hablado y según la autora, el maltrato psicológico hacia los hombres no se diferencia demasiado del que sufren las mujeres, el problema es que es más difícil que un hombre lo saque a la luz, lo denuncie o pida ayuda debido a que la imagen del hombre es la de un ser “fuerte” o “superior” a la mujer, y pueden surgir sentimientos de temor a que no se les crea por parte de las autoridades competentes, o en el caso de muchos, podría verse herido su orgullo al reconocer una situación así. Además, como pasa en la violencia que se ejerce de hombre a mujer, el hombre maltratado teme perder a su pareja si denuncia, perder su amor o provocar más ira. De todos modos, aunque siempre hay que tener en cuenta todo tipo de violencia y ejercida de cualquier forma, sigue siendo más relevante aquella que es producida del hombre hacia la mujer, es un tipo de violencia fruto de una estructura social patriarcal, aunque cada vez se están dando más casos de hombres víctimas de maltrato por parte de sus parejas (mujeres). En el estudio realizado por Langhinrichsen et al., creen que, a la luz del estudio y reconocimiento de la violencia de las mujeres hacia los hombres es innecesario tratar el tema, incluso tabú, ya que parecía culpar a la víctima por su difícil situación.
Además del componente cultural, podría destacarse, como factor influyente en que se produzca violencia hacia la pareja, el papel del abuso de alcohol u otras substancias. Sorprendentemente, según un estudio llevado a cabo por los autores Capaldi, Knoble, Shortt y Kim, son más las mujeres que llevan a cabo la violencia en la pareja por culpa del alcoholismo que los hombres. En mi opinión, habría que analizar, como en la variable cultural, muchos otros factores que influyen en el hecho de beber alcohol, con el hecho de que sea la mujer en mayor medida la que abusa de estas substancias y realiza una violencia unidireccional hacia su pareja. Seguramente hay otras cuestiones de fondo que haría falta analizar como podrían ser problemas psicológicos derivados de haber sido víctima con anterioridad de malos tratos, cosa que derivaría en el alcoholismo y posterior maltrato a su pareja. Además me parece que la cuestión de que se hable de que es la mujer la que cae en mayor medida en este tipo de adicciones y comportamientos necesitaría de un mayor estudio, ya que no creo que la dependencia de una substancia u otra sea cuestión de géneros. Así pues, se podría decir que el alcohol podría influir en el hecho de ejercer más violencia sobre la pareja, como también podría influir el hecho de haber sido víctima de malos tratos con anterioridad y padecer de problemas de alcoholismo como consecuencia, llevándose a cabo un círculo vicioso de violencia y alcoholismo.
Por otro lado, cabría tener en cuenta la variable del nivel socioeconómico de las parejas en las que existe algún tipo de violencia entre ellos o provocada por parte de uno hacia el otro. Según un estudio llevado a cabo por Carmen Vives-Cases, Diana Gil-González, Mercedes Carrasco-Portiño y Carlos Álvarez-Dardet, no está claro que el nivel socioeconómico de aquellos que maltratan a sus parejas esté relacionado con su comportamiento. Realizaron 251 estudios, dónde sólo 10 de ellos cumplieron los criterios de inclusión. Así pues, concluyeron que requerían de más información y calidad en su estudio, pero que aún así era insuficiente la evidencia empírica que asocia la conducta violenta de los hombres contra sus parejas con determinados grupos de bajo nivel socioeconómico. No sería correcto afirmar, pues, que el hecho de tener o no tener empleo, o según el tipo de empleo que se tenga, el nivel de ingresos, la educación o tipo de estudios influye en torno a la VCI.
A modo de conclusión y a mi parecer, es muy dificil detectar qué es lo que realmente provoca que exista violencia dentro de la pareja, producida por ambos o por uno de ellos hacia el otro ya que pueden existir muchas variables. Como se ha visto en el estudio realizado por Langhinrichsen et al., podríamos descartar variables del tipo orientación sexual, ya que la direccionalidad de la violencia no depende de este factor; tampoco se podría relacionar el hecho de la violencia hacia la pareja con el consumo de alcohol, ya que puede ser causa o consecuencia de otros trastornos o hechos anteriores; ni habría relación de la VCI con el nivel socio-económico de aquellos que ejercen este tipo de violencia. Sí podría tener más relación el hecho de pertenecer a ciertas culturas de estructura patriarcal en las que la mujer se ve sometida al poder del hombre con el hecho de que haya mayores tasas de violencia de género en este tipo de población, o por lo contrario, mayor VCI por parte de las mujeres en culturas donde la mujer tiene mayor poder que el hombre. Además del papel que juega la cultura o etnia en la VCI, podría decirse que cada familia, cada relación y cada persona es diferente, con lo que puede haber personas que toleren más ciertos tipos de comportamientos hacia su persona que otras no tolerarían, es por esto que opino que no es nada fácil encontrar todas las variables que pueden influir en todo tipo de parejas, ya que se requiere de un análisis en profundidad y quizás, a menor escala.
Marta Pino.
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